La bradicardia se manifiesta en ocasiones con síntomas como debilidad, fatiga, mareo o palpitaciones, o pasar totalmente inadvertida. No es rara ni necesariamente peligrosa en los atletas o en adultos jóvenes y con buena salud, pero en estos grupos de población también ha de ser evaluada para descartar cualquier tipo sintomatología de un mal congénito o algún tipo de lesiones. La atención a los posibles síntomas es importante para el tratamiento de las enfermedades que, en caso de demostrarse como bradicardia sintomática, pudieran presentarse. No solo podría ser síntoma de enfermedades coronarias, sino también de meningitis o lesiones del encéfalo.
Sin embargo, un estudio reciente, publicado en la American Journal of Cardiology, concluye que las bradicardias asintomáticas pueden resultar incluso beneficiosas en las personas con edades superiores a los 60 años. Científicos de la Universidad de Northwestern, en Chicago, EEUU, han llegado a probar que este tipo de bradicardias no solo no influyen en las causas de mortalidad de las personas mayores, sino que es posible que incluso pueideran tener un efecto beneficioso.
Lo ideal es estarse revisando la presión arterial cada semana o cada dos semanas, para evitar contratiempos de salud.
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