Hola Señor,
soy yo ¿me recuerdas?, estoy seguro que sí.
Siempre te he agradecido por lo que me has dado y porque me has respondido cuando te lo he pedido, pero hoy quiero agradecerte por las peticiones que ignoras...
Así es, aunque suene extraño quiero agradecerte por no hacer caso de esas peticiones absurdas que muchas veces en momentos tristes o de angustias en mi vida he hecho...
Gracias por no darme el dinero extra
que me hubiera quitado la paz.
Gracias por no darme ese trabajo lejano
que me hubiera alejado de mi familia.
Gracias por no darme fortunas ni fama
que me hubieran hecho insensible y frío.
Gracias por no darme el conocimiento
que me hubiera hecho pensar que no te necesitaba.
Gracias Señor, pues no me das lo que no es bueno para mí,
no me das aquello con lo que me puedo lastimar o alejar de ti,
aunque en el momento me halla enojado ahora te doy gracias,
pues no me das lo que no me es útil.
¡Gracias Señor por lo que ignoras!
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